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Vouvoyer ou tutoyer

May 7, 2012 by viobella

Hay algo que me pasa desde que asimilé la lengua francesa. Es cierto que no le había dado mucha importancia, pero me ocurre cada vez más. En castellano tuteamos con mucha más rapidez que en francés. Incluso si hablamos de usted a una persona que ronde los 40 o 50 años por mero respeto puede ser un arma de doble filo y hacer sentir a la persona más mayor de lo que es.

En Francia, en cambio, todo el mundo al conocer a alguien se habla de usted e, incluso gente que ha trabajado durante años codo con codo, lo sigue haciendo porque nunca han osado preguntar: ¿Le puedo tutear? Recuerdo que durante mi año de auxiliar de conversación en Francia, mis alumnos no supieron mi nombre de pila hasta bien avanzado el curso ya que se referían a mí como Madame Sánchez.

Debo reconocer que ha sido difícil para mí hablarle de usted a todo el mundo en Francia, sobre todo una vez que la conversación estaba avanzada, pero ahora parece que lo he asimilado. El problema es que ahora me ocurre también en castellano y ya no sé cuándo debo o no tutear.

Supongo que a otros traductores les habrá ocurrido lo mismo y, no es que nos hayamos vuelto más educados de la cuenta, es que estos franceses de Francia a veces se pasan en el hablar y, claro, todo se pega.

V.


3 Comments »

  1. Bella says:

    A mí me pasaba lo mismo en Londres: yo era Miss Bella, mi apellido era demasiado difícil 🙂 Allí la vida privada de los profesores (hasta su nombre) se respeta mucho más, a lo mejor es algo que deberíamos aprender en España…

  2. Iñaki O. says:

    Qué gracia. Como fronterizo, es una cuestión que siempre me ha inquietado. Es cierto que son pocos los franceses a los que tuteo y pocos los españoles a los que trato de usted.

    Sin embargo, recién cumplidos los 40 (aunque con mentalidad de 25), he llegado a un punto en que me molesta todo, tanto que me tuteen como que me traten de usted.
    Que un chavalín te pregunte la hora diciendo: “perdone, señor, ¿tiene hora?” (esto me pasó por primera vez a los 28), duele; o que un comercial de la compañía del gas llame a la puerta y te diga: “Oye, perdona, ¿te interesan nuestras ofertas combinadas de electricidad y de gas?” (en este caso, piensas: “¿qué confianzas son esas?, no te conozco de nada.”)
    Se me ha ocurrido pensar que el problema puede estar en mí, pero después de darle muchas vueltas, creo que no; pienso que son los jovenzuelos (15-22) los que no han aprendido en qué circunstancias deben utilizar tal o cual tratamiento. Ya les dolerá, ya, cuando con 25 se les acerque un pipiolo de 12 y les trate de usted.

    À votre service.

    • viobella says:

      Muchas gracias por el comentario. Tienes razón, al final no sabemos ni lo que queremos. Cuando se es joven que se nos respete porque no somos menos, y quizás que se nos trate de usted en ciertas ocasiones nos da seguridad, pero cuando avanza la edad no queremos sentirnos mayores. Toda una lucha.

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