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Posts Tagged ‘Extremely Loud and Incredibly Close’

  1. Historias urbanas

    February 21, 2012 by viobella

    Hace unos días llegué al cine con tiempo para poder echarle un vistazo a lo que nos traerá la cartelera próximamente. Así es como me di cuenta de que no recordaba en absoluto el final de «Extremely Loud and Incredibly Close» (que aquí se ha traducido como «Tan fuerte, tan cerca»). Es cierto que no tengo la suerte de contar con una memoria prodigiosa, al menos para las cosas sin importancia,  y, aunque recuerdo la atmósfera y el tono del libro que leí este verano, el argumento se ha borrado casi por completo de mi mente.

    En ese momento me paré a pensar sobre lo bien que recuerdo las descripciones de esa Nueva York post 11-S. Puede que la literatura y el audiovisual tengan parte de culpa de mi fascinación por esta ciudad desde la primera vez que la pisé. Nueva York se ha plasmado tanto que cuando la experimentas en persona te parece que ya habías estado allí antes.

    Aunque, por mi experiencia, Jonathan Safran Foer no hiciera muy bien su trabajo con el guión (es una historia entretenida pero, como he comprobado, no deja huella), sí que consigue lograr a la perfección la ambientación. Desde que empiezas a leer, te metes en la vida de ese niño de nueve años y vives con él una experiencia en la ciudad. Creo que la ambientación debe estar tan conseguida que pase desapercibida, permitiendo que la obra te llegue a absorber.

    Esta reflexión me recordó mucho a la frase que tanto hemos escuchado: «si es una buena traducción no se debe notarse que se trata de una traducción». Para que el disfrute sea total, esta máxima debería cumplirse, pero hay que ser realistas: son textos diferentes y hay que tratarlos como tales porque hay cosas que simplemente no se pueden trasladar totalmente a la lengua meta.

    Creo que todos los colegas de profesión compadecemos al pobre traductor que se tiene que enfrentar a ese ingenioso juego de palabras que acaban de hacer en nuestra serie favorita o al enigmático acertijo de esa novela de misterio. Sin embargo, por mi experiencia en la traducción creativa debo decir que ese tipo de retos son los que más disfrutas resolviendo, aunque llegues a tener pesadillas en las que sigues luchando por encontrar la solución más adecuada.

    Ahora estoy leyendo «El prisionero del cielo» y se me ponen los pelos de punta al volver a esas calles de la antigua Barcelona que tanto recorrí hace unos años. Espero que los autores de las versiones traducidas consigan hacer llegar esa sensación al resto del mundo.

    B.