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‘Nuestro mundo’ Category

  1. Historias urbanas

    February 21, 2012 by viobella

    Hace unos días llegué al cine con tiempo para poder echarle un vistazo a lo que nos traerá la cartelera próximamente. Así es como me di cuenta de que no recordaba en absoluto el final de «Extremely Loud and Incredibly Close» (que aquí se ha traducido como «Tan fuerte, tan cerca»). Es cierto que no tengo la suerte de contar con una memoria prodigiosa, al menos para las cosas sin importancia,  y, aunque recuerdo la atmósfera y el tono del libro que leí este verano, el argumento se ha borrado casi por completo de mi mente.

    En ese momento me paré a pensar sobre lo bien que recuerdo las descripciones de esa Nueva York post 11-S. Puede que la literatura y el audiovisual tengan parte de culpa de mi fascinación por esta ciudad desde la primera vez que la pisé. Nueva York se ha plasmado tanto que cuando la experimentas en persona te parece que ya habías estado allí antes.

    Aunque, por mi experiencia, Jonathan Safran Foer no hiciera muy bien su trabajo con el guión (es una historia entretenida pero, como he comprobado, no deja huella), sí que consigue lograr a la perfección la ambientación. Desde que empiezas a leer, te metes en la vida de ese niño de nueve años y vives con él una experiencia en la ciudad. Creo que la ambientación debe estar tan conseguida que pase desapercibida, permitiendo que la obra te llegue a absorber.

    Esta reflexión me recordó mucho a la frase que tanto hemos escuchado: «si es una buena traducción no se debe notarse que se trata de una traducción». Para que el disfrute sea total, esta máxima debería cumplirse, pero hay que ser realistas: son textos diferentes y hay que tratarlos como tales porque hay cosas que simplemente no se pueden trasladar totalmente a la lengua meta.

    Creo que todos los colegas de profesión compadecemos al pobre traductor que se tiene que enfrentar a ese ingenioso juego de palabras que acaban de hacer en nuestra serie favorita o al enigmático acertijo de esa novela de misterio. Sin embargo, por mi experiencia en la traducción creativa debo decir que ese tipo de retos son los que más disfrutas resolviendo, aunque llegues a tener pesadillas en las que sigues luchando por encontrar la solución más adecuada.

    Ahora estoy leyendo «El prisionero del cielo» y se me ponen los pelos de punta al volver a esas calles de la antigua Barcelona que tanto recorrí hace unos años. Espero que los autores de las versiones traducidas consigan hacer llegar esa sensación al resto del mundo.

    B.


  2. I (heart) NYC

    February 14, 2012 by viobella

    En una fecha tan señalada quiero confesar el flechazo más grande que he tenido nunca. Fue hace 3 años, en el mayo de 2009. Yo estaba trabajando en Londres de auxiliar de conversación y, con el dinero que había estado ahorrando, me fui una semanita a Nueva York con unas compañeras.

    Me enamoré al instante: sobrevolamos Long Island y, al reconocer la forma, sentí un vuelco en el estómago que me acompañaría durante todo el viaje. Cuando por fin llegamos a Columbus Circus, no me lo podía creer. Era como si conociera esa ciudad de toda la vida, yo no estaba en la ciudad, la ciudad estaba en mí.

    Muchos pensaréis que mi historia puede ser muy típica y que la gran manzana está ya muy vista. Nada más lejos de la realidad. Si me hubiera pasado con Murcia, lo contaría con la misma emoción.

    Después de ese primer encuentro he tenido la suerte de poder visitar otras veces la ciudad por motivos de trabajo, incluso estuve viviendo un mes al norte del Bronx. Este verano fue mi última estancia y me di cuenta de que la ciudad nunca dejará de sorprenderme.

    Además de las mil anécdotas que podría contar, me quedo con mi sorpresa de este verano: la terraza del Empire State por la noche es lo más romántico que he vivido nunca. Allí arriba se ven miles de pequeñas luces, personas, coches, casas… y el murmullo de la ciudad es como el susurro de un amante al oído.

    Para concluir esta entrada tan temática, apunto algunos consejos para futuras visitas:

    • El metro es lo mejor para moverse por la ciudad y no es nada caro.
    • Tened cuidado con lo que decís porque TODO el mundo habla español.
    • La mejor forma de ver Central Park es en bici; alquilar una por horas sale muy bien de precio y merece la pena.
    • Subir al Empire es mejor al atardecer ya que puedes ver las vistas de día y de noche: ¡2 mundos!
    • Si queréis entrar al Madison Square Garden, mirad si hay algún partido de las chicas del Liberty y os saldrá baratísimo.
    • Si sois fan del celuloide, buscan localizaciones de pelis/series que hay miles.
    • La Grand Central Station tiene un encanto especial: deteneos simplemente a ver cómo la gente va y viene.
    • El MoMA es gratis un día en semana a partir de las 16h y os lo recomiendo, es mi museo favorito de todo el mundo.
    • Tour de un día: Coney Island, Brooklyn, cruzar el puente hasta Manhattan al atardecer y acabar el día en el Village.
    • Consultad los eventos del día: en la ciudad que nunca duerme no hay lugar para el aburrimiento.

    B.


  3. La comunicación moderna

    February 9, 2012 by viobella

    Hace unos días me sorprendí al darme cuenta de que los buenos modales se están perdiendo cada vez más por culpa de la comunicación electrónica. Y, por supuesto, yo no voy a ser la que lance la primera piedra.

    En los inicios de la correspondencia electrónica, la estructura de los emails era muy similar a la de las cartas tradicionales, seguramente porque era el referente más cercano.  Sin embargo, esta convención actualmente se relega solamente a los mensajes de correo electrónicos profesionales, en los que incluso «firmamos» para que el cliente reciba una sensación de seriedad.

    Los servicios de mensajería instantánea empezaron con IRC y Messenger, siguieron con Twitter y parece que no tienen fin con los chats de las redes sociales y whatsapp. En estos programas lo que prima es ser directos y concisos, por lo que los saludos y las despedidas están de más. Muchos opinarán que estas expresiones son una pérdida de tiempo y que, si hay confianza, son totalmente innecesarias. Sinceramente creo que la conocida frase «la confianza da asco» se puede aplicar a este caso.

    Por mucho que nos encanten las nuevas tecnologías (yo soy la primera enganchada), hay que reconocer que día a día se van haciendo más invasivas.

    Hace unos años nos ofenderíamos muchísimo si mientras tomamos café con una amiga, ella cortara la conversación de repente para ponerse a hablar con su novio, ahí, en la misma mesa, dejándote con la palabra en la boca y cara de tonta. Alucinaríamos aún más si nos dijera que siguiéramos hablando, que ella es multitarea y puede prestarnos atención a los dos a la vez. Pues esto es lo que ocurre exactamente ahora con ese gran avance que es la tarifa de datos en los smartphones.

    Todos deberíamos hacer examen de consciencia y tratar de respetar algunas normas de convivencia que son fundamentales para que la comunicación entre las personas no se convierta en otra tarea automatizada e impersonal.

    Para concluir dejo con algunas normas para la escritura de emails o cartas «familiares» que espero os sean de utilidad, puesto que solemos pasarlas por alto y son sencillísimas de recordar.

    Carta en español:

    Hola, NOMBRE: (coma antes del vocativo y dos puntos al final)

    Estoy escribiéndote un email. (Empezamos escribiendo en mayúsculas)

    Carta en inglés:

    Hi NAME, (coma al final)

    why don’t you send me a snail mail? (Empezamos escribiendo en minúsculas)

    Best wishes,

    B.


  4. La imprenta sur

    February 3, 2012 by viobella

    La Antigua imprenta Sur, antes Dardo y antes La imprenta Sur

    Hace dos semanas visitamos en compañía de José Antonio Mesa Toré, director del Centro Cultural Generación del 27, la Antigua Imprenta Sur en Málaga. Las máquinas que aún siguen trabajando en la imprenta han presenciado historias maravillosas y han viajado mucho por la ciudad.

    La imprenta es fundada por Emilio Prados y su amigo y poeta Manuel Altolaguirre en 1925. Entre 1926 y 1929 se publicarán siete entregas de la revista Litoral. Será una de las revistas más emblemáticas de la Generación del 27. Protagonistas de estas publicaciones serán también el maquinista José Andrade Martín y las dos máquinas Monopol tipo Minerva. Las mismas máquinas que aún imprimen textos de poetas contemporáneos que hacen cola para ser publicados por esta prestigiosa imprenta. Máquinas que años atrás fueron las responsables de dar color a poemas de Lorca, Alberti, Vicente Aleixandre, Hinojosa, José Moreno Villa, José Bergamín y a los propios directores de la revista, entre otros muchos. Así como a otras colaboraciones plásticas y musicales entre las que destacaré a Dalí, Picasso o Manuel de Falla.

    Entre esas máquinas que tienen nombre propio, Emilio Prados y Manuel Altolaguirre junto al maquinista José Andrade, elegían el color, los tipos, con unas pinzas iban montando uno a uno los caracteres que formarían la caja, entintaban las máquinas, corregían erratas, respiraban ese olor a humedad de tinta y jabón que aún se desprende.

    La historia de la imprenta va unida a la historia de España. Tras acabar la guerra civil ya con Emilio Prados y Manuel Altolaguirre en el exilio, la imprenta es tomada por las fuerzas de ocupación y pasará a llamarse Dardo, el mismo nombre que tuvo la revista de orientación falangista. Un nombre más bélico, más apropiado para imprimir propaganda de la falange. Mientras, y hasta los años 90, los poetas de la generación del 27 seguirán editando poemarios y revistas desde el extranjero.

    En 1941 una nueva colección de poesía llamada Meridiano es publicada por Dardo, donde publicarán escritores como Santiago Souvirón, Muñoz Rojas, Enrique Llovet entre otros. Dirigida por numerosas personas, la imprenta sigue una trayectoria incansable de publicaciones poéticas.

    Ya en 1999 la imprenta pasa a manos del Centro Cultural Generación del 27 y dependerá de la Diputación de Málaga. Se restaurará y, a partir de 2005, la ahora Antigua Imprenta Sur, volverá a entintar la misma maquinaria para volver a publicar en las mismas condiciones la colección poética El Castillo del Inglés. Nombre que también tiene historia. El título da homenaje al castillo de Santa Clara, en Torremolinos, donde se hospedaron escritores como Luis Cernuda o Dalí invitados por Emilio Prados, Altolaguirre y José María Hinojosa.

    Como claro homenaje a Emilio Prados se inicia en 2008 la colección Cazador de Nubes, que era como llamaba García Lorca a Prados porque le gustaba cazar nubes en un espejo.

    Así fue como aquella mañana, en unas horas, pudimos viajar en el tiempo, imaginar a esos poetas bebiendo vino, escuchando a Falla, leyendo a Ramón Jiménez con Picassos colgados en la pared. Oliendo a tinta y humedad, al igual que ellos.

    Sé que se me quedan muchas cosas en el tintero pero es que la Imprenta Sur da para eso y mucho más.

    V.


  5. Lo que está de moda

    January 22, 2012 by viobella

    Siempre me ha llamado la atención como algunos términos se vuelven anticuados de repente mientras otros surgen de casualidad y se convierten en habituales de un día para otro. En nuestro país, muchas veces estos términos son fruto de la todopoderosa publicidad, que invade las televisiones de la mayoría de los españoles. Es el caso de la palabra tan de moda estos días: «desaprender». Aunque parezca que es un invento de cierto banco, la RAE recoge este término con la definición «olvidar lo que se había aprendido». No sé si es mi animadversión por las modas pasajeras, pero me chirría cada vez que la escucho. Una explicación más objetiva puede ser que el significado no es totalmente correcto cuando se expande demasiado y se utiliza sin juicio.

    Al menos el caso de «desaprender» no es tan grave como el de otras expresiones que estuvieron muy en auge no hace mucho. Algunos discutirán si estas expresiones son realmente erróneas y defenderán la flexibilidad de la lengua. Yo no quiero polemizar y me remito a lo que mis profesores de lengua me afirmaron en su día: el uso no es correcto y no se deberían usar. Me refiero al adverbio «mayormente» o a la expresión un tanto pija «para nada». «Mayormente» es un invento televisivo que se creó como marca de un personaje graciosillo y se extendió más allá de la ficción. «Para nada» no recuerdo cómo empezó a utilizarse pero su expansión fue meteórica y puede que haya perdurado en el tiempo, que es lo que, al fin y al cabo, hace que una expresión acabe asentándose en nuestro idioma y formar parte «legal» de él, al incluirse en la RAE.

    Por otro lado, el inglés es un idioma mucho más flexible y abierto a las nuevas expresiones, por lo que es habitual que cada semana aparezcan términos nuevos. Un ejemplo habitual y que me encanta es convertir las marcas comerciales en verbos. Así ocurrió con el famoso buscador que los angloparlantes utilizan tanto que ya en lugar de pedir que busquen en Internet dicen «google it».  Ademas, una estrategia muy utilizada desde hace tiempo es la creación de siglas: ASAP, LOL, ETA, FYI… Podríamos pensar que se limitan únicamente al lenguaje escrito y, sobre todo, a los mensajes de texto o mensajería instantánea. Sin embargo, cada vez encuentro más casos de este tipo de expresiones verbalizadas.

    Como traductores, he comentado en alguna ocasión que es fundamental estar al día de las novedades de nuestras lenguas de trabajo. Creo no viene de más conocer incluso estos términos que igual pueden durar una estación, que toda la vida. Hace poco estuve un rato delante de la pantalla tratando de averiguar qué significaría EZ en un contexto técnico. Finalmente resultó que EZ es una forma «cool» de decir «easy». No sé si te tratará de un término de moda o existe desde que el inglés es inglés, pero está claro que nunca te acostarás sin saber una cosa más.

    B.


  6. Derechos

    January 18, 2012 by viobella

    ¿Cuánto afecta la crisis a los traductores?

    La coyuntura económica que estamos viviendo en estos momentos afecta visiblemente a unos sectores más que a otros. Muchos jóvenes, y otros no tan jóvenes, que vivían de la construcción y todo lo que ello engloba (materiales, logística, restauración, servicios de arquitectos e ingenieros, etc) se encuentran en su mayoría en una situación económica mala o muy mala. En consecuencia, otros sectores caen por efecto dominó debido a la falta de consumo de estas personas. A todo esto hay que añadir los actuales recortes o la congelación de sueldos a los funcionarios que eran los únicos que seguían manteniendo un ritmo de consumo moderado. Por supuesto que el sector editorial, periodístico, becas de investigación, entre otros, también se ven afectados y por tanto los traductores, correctores, lectores, maquetadotes, por nombrar a algunos de nuestro gremio.

    Desafortunadamente no todo es economía, no. Aquí es donde veo la trampa más grave. El recorte de los derechos del trabajador que se está llevando a cabo sin que hagamos el caso que se merece porque, como es natural, estamos más preocupados con el hecho de no poder llegar a fin de mes. Esto es lo que quieren los políticos y lo están consiguiendo. No solo cargamos con la losa de no encontrar una situación medio estable en el mundo laboral, a pesar de que dicen que somos la generación con más estudios, que ese es otro tema del que podríamos discutir durante un largo rato. A esto le sumamos la frustración de que nuestra labor que es más importante de lo que muchos piensan (un ejemplo es que de los 72.000 títulos que se publican al año en España, una cuarta parte son traducidos) no está reconocida como se merece, y, además, nos hacen sentir culpables de la situación y, por tanto, tenemos que pagar por ello. ¿Cómo? Recortes de derechos con contratos basura (porque o eso, o te mueres de hambre) y rebaja del precio de las traducciones, como si ya no estuvieran a un precio que se acerca a la explotación.

    Cuando a los economistas y altos cargos les interese, abrirán de nuevo el grifo y será entonces cuando nos daremos cuenta de que habrá que empezar a trazar de nuevo un camino que ya habíamos hecho. Todos esos derechos por lo que tanto habían luchado generaciones anteriores habrán desaparecido. Esto no es nuevo si hacemos memoria de revoluciones anteriores, la historia se vuelve a repetir. Y digo yo que ¿hasta cuándo seguiremos sentados delante del ordenador? Digan lo que digan somos más educados y dóciles de lo que nos hacen creer, no sé como aún no hemos quemado el país.

    V.


  7. Curiosidad

    December 31, 2011 by viobella

    En una entrevista de trabajo me preguntaron cuál creía que era la característica más importante que un traductor debía poseer. No tuve ni que pensarlo: la curiosidad. Sin curiosidad no nos aventuraríamos ilusionados a por una nueva traducción sobre un tema nuevo para nosotros y no podríamos estar al día de las novedades de nuestros idiomas de trabajo.

    De niños somos tremendamente curiosos y con el paso del tiempo, a causa de la monotonía y las preocupaciones que conllevan hacerse mayor, la mayoría de las personas pierden esta, en mi opinión, cualidad.

    Esta curiosidad puede reflejarse claramente en la fotografía, ya que inmortalizamos lo que nos rodea para mirarlo desde ese punto de vista especial y así poder enseñárselo a los demás. Al ser una cualidad propia de los traductores no es de extrañar que me encuentre con asiduidad con muchos traductores-fotógrafos.

    Cuando Curri Barceló me ofreció una de sus tarjetas me dijo que eligiera la que más me gustara, ya que tiene muchas diferentes, todas ilustradas con sus creaciones. Además, leyendo a Ana Fuentes comprobé que también es una apasionada de este arte y que sus fotografías son dignas de ver. Pero hay incluso traductoras que se dedican profesionalmente a ello, como es el caso de Marta Ortells con esas originales imágenes basadas en la naturalidad o Victòria Peñafiel y sus entrañables fotografías de recién nacidos.

    Personalmente aún no tengo muchos álbumes publicados, pero prometo ponerme manos a la obra en un futuro no muy lejano y desde aquí animo a Violeta, mi compañera en este destino de la traducción, y a la bloguera Nathalie Fernández a que publiquen en la Red sus fotografías ya que me consta que merecen la pena.

    Saramago dijo una vez que «la vejez empieza cuando se pierde la curiosidad». Así que ya sabéis, seguid traduciendo si queréis ser forever young.

    B.


  8. Listas

    December 20, 2011 by viobella

    Hace unos días mencionaba lo cuadriculados que podemos llegar a ser los traductores y creo que, por culpa de ese rasgo de mi personalidad, veo las cosas mucho más claras si están organizadas por listas/diagramas/cuadros.

    La verdad es que me cuesta bastante recordar ciertas cosas aunque, por suerte, son las más simples como los nombres, los cumpleaños, los clientes que me tienen que pagar… Por este motivo tengo listas para todo, con lo que consigo también organizar un poco mi cabeza y descargar un poco de información innecesaria.

    Todo empezó en bachillerato. Sinceramente, nunca estudié tanto como en esa época. Supongo que muchos coincidiréis conmigo: en la carrera o en el máster también nos esforzamos mucho, pero es diferente. Esa manera de hincar codos quedará para siempre en mi memoria y espero nunca tener que verme en la tesitura de estudiar oposiciones que, en mi ignorancia, supongo muy similar a selectividad.

    En esa etapa lo que hacía era planificarme dibujando un calendario bien grande y escribiendo las horas de estudio que le iba a dedicar cada día a cada asignatura.

    Luego llegó interpretación. La asignatura con más remedios para la afonía y pastillas para los nervios me dejó la manía de escribir todos los apuntes a mano con símbolos variados. Ahí es cuando me doy cuenta de que funciono mucho mejor con memoria visual y que puedo simplificar mis listas con símbolos para recordar las cosas más fácilmente.

    Para mí estas listas pueden quitarme muchas preocupaciones de la cabeza, así que os recomiendo llevar siempre con vosotros una libreta (o iPad, iPhone, etc.) donde dar forma a las listas de cosas que hacer y, de paso, también apuntar ideas para el blog, el regalo de navidad de vuestra pareja, ese corto que siempre quisisteis rodar…

    Y cuando os encontréis con un volumen de trabajo demasiado grande, sentíos afortunados ya que en esta época es algo fuera de lo común, y haced una lista. No sabéis lo bien que sienta tachar la última línea.

    B.


  9. Probando, probando

    December 15, 2011 by viobella

    Una vez un profesor me dio un consejo que, desde que empecé a buscar trabajo, ha sido un ronroneo perpetuo en mi mente: «la prueba de traducción que haces para una empresa es la traducción más importante de tu vida». Se refería a que hay que esforzarse al máximo, utilizar todos tus recursos y no confiarte lo más mínimo.

    Bueno, pues ya llevo unas cuantas «traducciones más importantes de mi vida». Y me temo que se pierde esa ilusión con la que se debe traducir algo tan hiperimportante. Sobre todo cuando después de pasarte horas traduciendo ni se molestan en contestar para decirte que no.

    En las listas de distribución que leo a diario he visto muchos casos de pobres ingenuos traductores preguntando si una prueba de traducción de diez páginas es normal. Esto puede considerarse una exageración, pero, por desgracia, algunas agencias se aprovechan de las pruebas para conseguir traducciones gratis.

    He tenido la suerte de no encontrarme nunca con un caso así (que yo sepa, a lo mejor la ingenua soy yo) pero aconsejo a todos esos que estén con la mosca detrás de la oreja que hablen con la empresa y traten de negociar la prueba. Si la consideran demasiado larga, pueden proponerles traducir gratis un número razonable de palabras y el resto hacerlo a una tarifa normal.

    La verdad es que no sé hasta qué punto es útil hoy en día una prueba realizada desde casa. Puede que sirva para descartar a los casos perdidos, pero si lo que buscan es calidad real, yo lo que haría es una prueba in situ con acceso restringido a mensajería y email.

    Desde aquí hago un llamamiento a las agencias de traducción para que tengan un poco más de compasión por nuestras pobres almas ilusionadas. Al menos mándennos un email lamentando que no seamos la persona elegida, aunque se vea de lejos que es un impersonal reenvío masivo.

    PD: todo esto es aplicable a los puestos en plantilla, ya que el mundo freelance va aparte. Y me atrevo a opinar que una muestra del porfolio personal debería bastar en este caso.

    B.


  10. Casualidades de la vida

    December 13, 2011 by viobella

    Pienso mucho en el curso pasado y no me sobran los motivos. Cuando solicité el auxiliar de conversación para irme a Francia no podía ni imaginar que terminaría en el mismo departamento donde había realizado la Erasmus, en el departamento 95, a unos 30km de París, en un pueblecito llamado Auvers-sur-Oise.

    El principio fue duro, como casi todos los principios. Encontrar alojamiento fue una pesadilla y eso que contaba con el apoyo de mi gran amiga Sophie y su pareja Simon, que se ofrecieron a acogerme mientras tanto y a aguantar mis lágrimas… Cuando me pongo dramática no hay quien me gane.

    En este laberinto de papeleo, búsqueda de techo, cansada ya, con pocas esperanzas, me fui al Pompidou donde trabajaba Miguel Sevilla, un artista, una persona maravillosa. A Miguel lo conocí por casualidad en una noche de Slam en París hacía dos años y tenía una historia para libro: su abuelo era de Ubrique, mi pueblo natal, y había emigrado a Argentina durante la dictadura. Él había viajado a Europa para intentar trabajar de lo que amaba: el teatro, la poesía, la pintura, recitar tangos…

    Ese día en el museo conocí a Katayoun, una pintora que vivía en Auvers. Ella me habló de una amiga que quizás estaba interesada en alquilar una habitación en la ciudadela de artistas donde vivía. Al principio la idea de vivir en el pueblo no me motivaba demasiado, quería vivir en París, pero el primer encuentro con Alexandra y ese lugar me convencieron de lo contrario. Mi cita con Alexandra fue sobre las doce y media en una mañana de finales de septiembre húmeda y con niebla. Tras perderme por las calles de este pueblecito con aires medievos vi de lejos a una mujer con un poncho, con una taza en la mano, que me llamaba.

    Era efectivamente una ciudadela de artistas. Un conjunto de casas preciosas, personalizadas, con detalles por doquier, con una galería en el centro para realizar exposiciones.

    Entramos en la casa por el taller, una habitación de techos altos con un piano, libros, muchos diccionarios y un perro que me husmeaba las piernas. Me invitó a ver la casa y a tomar un agüita, como ella llamaba a tomar un té. Toda la casa era preciosa, colorida, con cuadros, esculturas, fotos familiares en blanco y negro, muchos libros infantiles y dibujos de Diego, su hijito de nueve años que vivía con ella. Alexandra hablaba castellano, como sabría después, sus padres eran de Chile. Su padre es filósofo, escritor y fundador del grupo de música Quilapayún y, claro, tuvieron que salir por patas a Europa huyendo de la dictadura.

    Decidimos que me mudaría dos días más tarde y así fue. Llegué y ya estábamos toda la familia al completo. Diego es un niño brillante, inteligente, a veces habla con un adulto pero su nerviosismo en la mesa delataba su niñez. Alexandra, una mujer de carácter pero cariñosa, traductora, escritora, madraza, buena cocinera y con unas ganas de búsqueda constante en la vida que en pocas personas he visto. Para terminar el cuarteto estaba Gnochi, el perro que casi era una persona más en la casa, el pobre murió el verano pasado de cáncer.

    Así pasó el largo invierno y llegó la primavera. Entre idas y vueltas a París para pasar unos momentos inolvidables con mis amigos, mi trabajo en los colegios dando clases de español, los viajitos a casa y por Europa cuando se podía…

    Y en primavera terminó el año en Auvers, en París y en el número 5 de la calle Montcel. Muchas cosas quedaron por hacer pero muchas más cosas se quedan en mis recuerdos.

    Llegados a este punto se dirán que poco tiene esto que ver con la traducción. Pues bien, quizás nada para vosotros y mucho para mí. La experiencia de haber vivido con una profesional del sector me ha hecho ver desde muy cerca cómo es el día a día de una traductora y, además, literaria.

    Mi decisión de realizar el Máster en traducción para el mundo editorial tiene mucho que ver con esta vivencia, así como el deseo de traducir literatura algún día no muy lejano.

    V.