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  1. Listas

    December 20, 2011 by viobella

    Hace unos días mencionaba lo cuadriculados que podemos llegar a ser los traductores y creo que, por culpa de ese rasgo de mi personalidad, veo las cosas mucho más claras si están organizadas por listas/diagramas/cuadros.

    La verdad es que me cuesta bastante recordar ciertas cosas aunque, por suerte, son las más simples como los nombres, los cumpleaños, los clientes que me tienen que pagar… Por este motivo tengo listas para todo, con lo que consigo también organizar un poco mi cabeza y descargar un poco de información innecesaria.

    Todo empezó en bachillerato. Sinceramente, nunca estudié tanto como en esa época. Supongo que muchos coincidiréis conmigo: en la carrera o en el máster también nos esforzamos mucho, pero es diferente. Esa manera de hincar codos quedará para siempre en mi memoria y espero nunca tener que verme en la tesitura de estudiar oposiciones que, en mi ignorancia, supongo muy similar a selectividad.

    En esa etapa lo que hacía era planificarme dibujando un calendario bien grande y escribiendo las horas de estudio que le iba a dedicar cada día a cada asignatura.

    Luego llegó interpretación. La asignatura con más remedios para la afonía y pastillas para los nervios me dejó la manía de escribir todos los apuntes a mano con símbolos variados. Ahí es cuando me doy cuenta de que funciono mucho mejor con memoria visual y que puedo simplificar mis listas con símbolos para recordar las cosas más fácilmente.

    Para mí estas listas pueden quitarme muchas preocupaciones de la cabeza, así que os recomiendo llevar siempre con vosotros una libreta (o iPad, iPhone, etc.) donde dar forma a las listas de cosas que hacer y, de paso, también apuntar ideas para el blog, el regalo de navidad de vuestra pareja, ese corto que siempre quisisteis rodar…

    Y cuando os encontréis con un volumen de trabajo demasiado grande, sentíos afortunados ya que en esta época es algo fuera de lo común, y haced una lista. No sabéis lo bien que sienta tachar la última línea.

    B.


  2. Probando, probando

    December 15, 2011 by viobella

    Una vez un profesor me dio un consejo que, desde que empecé a buscar trabajo, ha sido un ronroneo perpetuo en mi mente: «la prueba de traducción que haces para una empresa es la traducción más importante de tu vida». Se refería a que hay que esforzarse al máximo, utilizar todos tus recursos y no confiarte lo más mínimo.

    Bueno, pues ya llevo unas cuantas «traducciones más importantes de mi vida». Y me temo que se pierde esa ilusión con la que se debe traducir algo tan hiperimportante. Sobre todo cuando después de pasarte horas traduciendo ni se molestan en contestar para decirte que no.

    En las listas de distribución que leo a diario he visto muchos casos de pobres ingenuos traductores preguntando si una prueba de traducción de diez páginas es normal. Esto puede considerarse una exageración, pero, por desgracia, algunas agencias se aprovechan de las pruebas para conseguir traducciones gratis.

    He tenido la suerte de no encontrarme nunca con un caso así (que yo sepa, a lo mejor la ingenua soy yo) pero aconsejo a todos esos que estén con la mosca detrás de la oreja que hablen con la empresa y traten de negociar la prueba. Si la consideran demasiado larga, pueden proponerles traducir gratis un número razonable de palabras y el resto hacerlo a una tarifa normal.

    La verdad es que no sé hasta qué punto es útil hoy en día una prueba realizada desde casa. Puede que sirva para descartar a los casos perdidos, pero si lo que buscan es calidad real, yo lo que haría es una prueba in situ con acceso restringido a mensajería y email.

    Desde aquí hago un llamamiento a las agencias de traducción para que tengan un poco más de compasión por nuestras pobres almas ilusionadas. Al menos mándennos un email lamentando que no seamos la persona elegida, aunque se vea de lejos que es un impersonal reenvío masivo.

    PD: todo esto es aplicable a los puestos en plantilla, ya que el mundo freelance va aparte. Y me atrevo a opinar que una muestra del porfolio personal debería bastar en este caso.

    B.


  3. Casualidades de la vida

    December 13, 2011 by viobella

    Pienso mucho en el curso pasado y no me sobran los motivos. Cuando solicité el auxiliar de conversación para irme a Francia no podía ni imaginar que terminaría en el mismo departamento donde había realizado la Erasmus, en el departamento 95, a unos 30km de París, en un pueblecito llamado Auvers-sur-Oise.

    El principio fue duro, como casi todos los principios. Encontrar alojamiento fue una pesadilla y eso que contaba con el apoyo de mi gran amiga Sophie y su pareja Simon, que se ofrecieron a acogerme mientras tanto y a aguantar mis lágrimas… Cuando me pongo dramática no hay quien me gane.

    En este laberinto de papeleo, búsqueda de techo, cansada ya, con pocas esperanzas, me fui al Pompidou donde trabajaba Miguel Sevilla, un artista, una persona maravillosa. A Miguel lo conocí por casualidad en una noche de Slam en París hacía dos años y tenía una historia para libro: su abuelo era de Ubrique, mi pueblo natal, y había emigrado a Argentina durante la dictadura. Él había viajado a Europa para intentar trabajar de lo que amaba: el teatro, la poesía, la pintura, recitar tangos…

    Ese día en el museo conocí a Katayoun, una pintora que vivía en Auvers. Ella me habló de una amiga que quizás estaba interesada en alquilar una habitación en la ciudadela de artistas donde vivía. Al principio la idea de vivir en el pueblo no me motivaba demasiado, quería vivir en París, pero el primer encuentro con Alexandra y ese lugar me convencieron de lo contrario. Mi cita con Alexandra fue sobre las doce y media en una mañana de finales de septiembre húmeda y con niebla. Tras perderme por las calles de este pueblecito con aires medievos vi de lejos a una mujer con un poncho, con una taza en la mano, que me llamaba.

    Era efectivamente una ciudadela de artistas. Un conjunto de casas preciosas, personalizadas, con detalles por doquier, con una galería en el centro para realizar exposiciones.

    Entramos en la casa por el taller, una habitación de techos altos con un piano, libros, muchos diccionarios y un perro que me husmeaba las piernas. Me invitó a ver la casa y a tomar un agüita, como ella llamaba a tomar un té. Toda la casa era preciosa, colorida, con cuadros, esculturas, fotos familiares en blanco y negro, muchos libros infantiles y dibujos de Diego, su hijito de nueve años que vivía con ella. Alexandra hablaba castellano, como sabría después, sus padres eran de Chile. Su padre es filósofo, escritor y fundador del grupo de música Quilapayún y, claro, tuvieron que salir por patas a Europa huyendo de la dictadura.

    Decidimos que me mudaría dos días más tarde y así fue. Llegué y ya estábamos toda la familia al completo. Diego es un niño brillante, inteligente, a veces habla con un adulto pero su nerviosismo en la mesa delataba su niñez. Alexandra, una mujer de carácter pero cariñosa, traductora, escritora, madraza, buena cocinera y con unas ganas de búsqueda constante en la vida que en pocas personas he visto. Para terminar el cuarteto estaba Gnochi, el perro que casi era una persona más en la casa, el pobre murió el verano pasado de cáncer.

    Así pasó el largo invierno y llegó la primavera. Entre idas y vueltas a París para pasar unos momentos inolvidables con mis amigos, mi trabajo en los colegios dando clases de español, los viajitos a casa y por Europa cuando se podía…

    Y en primavera terminó el año en Auvers, en París y en el número 5 de la calle Montcel. Muchas cosas quedaron por hacer pero muchas más cosas se quedan en mis recuerdos.

    Llegados a este punto se dirán que poco tiene esto que ver con la traducción. Pues bien, quizás nada para vosotros y mucho para mí. La experiencia de haber vivido con una profesional del sector me ha hecho ver desde muy cerca cómo es el día a día de una traductora y, además, literaria.

    Mi decisión de realizar el Máster en traducción para el mundo editorial tiene mucho que ver con esta vivencia, así como el deseo de traducir literatura algún día no muy lejano.

    V.


  4. Más buenos que el pan

    December 7, 2011 by viobella

    Hace unas semanas asistí a la conferencia de Jesús Maroto «La traducción publicitaria: nuevos medios, nuevos retos» en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla. La publicidad y el marketing son ámbitos que siempre me han interesado y con los que siempre he disfrutado mucho traduciendo.

    Se trataba de una charla más bien introductoria, pero nunca viene de más recordar conceptos como «glocal», i18n, L10n o ver ejemplos de diferencias culturales que siempre dan mucho juego. Además, me gustó comprobar que las compañías empiezan a valorar el trabajo de la adaptación de las campañas y tienen en cuenta que hoy en día crece cada vez más el número de «prosumidores».  Este término se utiliza para los consumidores 2.0, esos que buscan información por doquier y opinan sobre los productos públicamente.

    El culmen del ahorro en adaptación lo podemos encontrar en este anuncio que descubrí en clase de Publicidad. Una conocida marca de refrescos utiliza el mismo decorado (excepto en Perú) y casi los mismos planos con diferentes actores principales e idiomas.

    Otro término interesante mencionado en la conferencia es el de «advergaming», que consiste en una campaña mediante juegos publicitarios. Esta práctica va en aumento y creo que puede tener muy buenos resultados, especialmente en el campo de los productos infantiles. En este caso se pueden llegar a crear mundos ficticios completos con páginas web, anuncios en diversos medios, series episódicas, merchandising… y todo tiene que traducirse y adaptarse cuando sea necesario.

    Si a estas nuevas estrategias le unimos el gran presupuesto con el que se suele contar para publicidad, puede que este ámbito sea una buena fuente de trabajo. Según Maroto, para dedicarse a este tipo de traducción es necesario tener mucha cultura y la capacidad de expresar las más diversas ideas en tu lengua.

    Así que si creéis que contáis con estos dos requisitos y os interesa iniciaros en este mundo, os recomiendo su presentación que podéis encontrar online.

    B.


  5. El traductor, ese ente

    December 3, 2011 by viobella

    A lo largo de mis ya siete años como traductora me he encontrado con colegas de profesión de lo más variopinto: los hay hippies, pijos, fiesteros, solitarios, viajeros, caseros… Pero hay rasgos de nuestra personalidad que son similares en la muchos de nosotros. Podría tratarse de la famosa deformación profesional.

    Hace unos días un amigo me preguntaba si alguna vez había conocido a un hijo de dos psicólogos. Le dije que no lo sabía, a lo que él me contestó que entonces no había conocido a ninguno porque se les ve de lejos: la forma de escoger las palabras, los silencios, la retórica…

    Algo así es lo que nos pasa a los traductores. Además del típico interés en todo lo extranjero que se nos cruce por el camino, he identificado unos cuantos rasgos:

    • Somos esquemáticos y cuadriculados: «deja de darle vueltas al tema y hazme un cuadro comparativo».
    • Los detalles nos pierden: «¿estás seguro de que esa coma tiene que ir en cursiva?».
    • Vemos traducciones en todas partes: «no me creo que el original sea en español».
    • El síndrome de Diógenes está detrás de cada esquina: «a lo mejor algún día me llega una traducción de física teórica…».
    • Necesitamos tareas completas: «hasta que no termine este apartado, no ceno».
    • Los cambios nos perturban: «¿ahora guión no lleva tilde?».

     

    Pues yo voy a seguir poniendo guión con tilde.

    Puede que también tengamos un punto de rebeldía.

    B.


  6. Traducir poesía

    November 30, 2011 by viobella

    ¿Se puede traducir poesía? ¿Traduce mejor poesía un traductor que además es poeta? ¿Es más importante el fondo que la forma o viceversa?

    Si leemos el ensayo que Octavio Paz escribió en 1971 titulado Traducción: literatura y literalidad, casi nos convence de que un traductor no poeta puede hacerlo mejor. El escritor tomará el poema original como partida para escribir su propio poema, en cambio, el traductor no poeta, se ceñirá a intentar plasmar lo mejor posible el poema original a otra lengua de llegada. Pero me pregunto si al traductor a secas le falta sensibilidad para poder captar el significado de un poema, aunque si un traductor traduce poesía, con lo mal pagado que está, probablemente sea porque le interese, porque quiere sentir el placer de hacerlo. Un poeta-traductor puede también desvincularse de su creación personal y centrarse en el poema original. Pero, ¿puede un traductor desvincularse de su creación personal, incluso en la traducción de un artículo sobre oncología?

    Me respondo a mí misma que la forma es importante: si es un soneto, habrá que intentar reproducir el soneto. Puede que el resultado sea un lenguaje forzado y eso afectaría al fondo. O se puede encontrar la armonía entre forma y fondo, eso sería perfecto si es posible.

    Al final, no sé cómo, llegamos a la misma conclusión: depende, como nos decía Jarabe de Palo o como ya nos indicaba Alejandro Sanz, no es lo mismo.

    V.


  7. Aprender

    November 26, 2011 by viobella

    Aprender es algo que me ha fascinado desde pequeña. Debo confesar que yo era una de esas niñas que en verano ansiaba la llegada de septiembre y que se me iluminaba la cara al hojear los libros del siguiente curso.

    Por esa razón, después de haber estado 4 años haciendo Traducción e Interpretación, me aventuré a estudiar Comunicación Audiovisual. Quería aprender cómo se hacen las películas. Y por el camino, aprendí mucho más: que me encanta inventar historias, que puedes tener compañeros que se alegren por tus triunfos (en la FTI el compañerismo no era muy común) y, sobre todo, aprendí que me encanta aprender. No es lo mismo estudiar una carrera con 18 años que con 23. Con más edad valoras de verdad el esfuerzo de los profesores y colaboras todo lo que puedes (y más si estudias algo vocacional, como era mi caso).

    Pero ahí no acabaron mis ganas de aprender.  En la mayoría de profesiones la formación continua es algo esencial y en el mundo de la traducción es aún más importante ya que si te despistas, te puedes quedar anticuado. Hace poco una antigua profesora me contaba que en sus tiempos de estudiante (y de eso no hace más de 10 años) las prácticas de informática consistían en enviar un email con un adjunto y que tenían que hacer cola en la sala de informática donde había seis ordenadores.

    Por toda esta obsesión con aprender, la verdad es que me encantan los cursos y los congresos así que, mientras mi economía me lo permita, asistiré a todos los que pueda y los aprovecharé al máximo. Pero una «clase magistral» no es la única forma de cultivarnos. Por suerte, la Red está llena de información interesantísima y tampoco debemos olvidarnos de las personas, mi fuente preferida de información: amigos, colegas, conocidos… Gracias a twitter, facebook, emails, etc. los tenemos al lado aunque estén lejos.

    Por último, no nos olvidemos de la traducción en sí misma. Gracias la diversidad de textos que he tenido que traducir ahora soy experta en: la segunda guerra mundial, la reflexología, la estadística, la creación de imagen de marca, la burocracia española e inglesa, los sistemas educativos, el SIDA en África, la armonía del blues, la conservación del patrimonio…

    B.


  8. Se me encendió la bombilla

    November 22, 2011 by viobella

    A veces se te enciende la bombilla y eso mismo fue lo que me pasó con esta primera entrada del blog. Desde que decidimos llevar este proyecto adelante estuve pensando sin parar. Mientras trataba de encontrar algo que no sabía ni lo que era y, ya puestos, ordenaba montones de carpetas y papeles, encontré un artículo bastante interesante de Muñoz Molina titulado «Una orgía perpetua».

    No sé si será cosa mía, cosa de todos o más bien manía de traductor, pero nos es imposible deshacernos de cualquier papel que diga algo medio interesante y caiga en nuestras manos. El problema surge cuando haces eso con bastante asiduidad y, claro, luego no sabes lo que tienes y mucho menos dónde lo tienes.

    Quizás sea porque tenemos ya interiorizado eso de que tenemos que saber un poco de todo y nada de mucho, aunque ahora que me paro a pensar, ¿de verdad tenemos que hacerlo? En todo caso seguro que no viene de más almacenar información de toda índole.

    De ahí que encuentre entre mis carpetas: textos sobre descubrimientos de una posible cura contra el cáncer (que claro, ya están anticuados), artículos de diversas revistas, recortes, fotos de muebles antiguos (siempre me gustaron), fotocopias a saber de qué curso…

    Esta curiosidad incluso me ha llevado a tener la tentación, y ya que estamos sincerándonos, a hacerlo. Lo confieso: arranco artículos de revistas o periódicos de todas partes.

    Quizás la orgía perpetua del traductor se encuentra entre sus montones de papeles y él mismo. No dejemos de lado la utopía de ordenarlos algún día.

    V.


  9. No todo vale

    November 19, 2011 by viobella

    Quería empezar este blog con algún tema profundo sobre el mundo de la traducción, el audiovisual o sobre esos entes que nos hacemos llamar «traductores».  Sin embargo, voy a tratar un tema banal y sobreexplotado: las traducciones chapuceras.

    Estamos hartos de ver traducciones hilarantes en el menú del restaurante de la esquina y todos, incluso nosotros los traductores, tenemos asumido que es algo inevitable. Si al hijo del dueño le llevan pagando clases de inglés desde los 8 años, es normal que quieran amortizarlo de alguna manera y ni se le pasaría por la cabeza gastarse dinero en algo que leen cada día el 90% de sus clientes (porque la mayoría de restaurantes ni se molesta en poner la traducción en otra hoja, queda mejor justo debajo del nombre en español).

    A pesar de estar ya hecha a tales abominaciones, esta tarde cuando me puse a ojear el catálogo navideño de una de mis marcas favoritas de cosméticos, me hirvió la sangre. Solamente la portada me tendría que haber dado una pista. Consiste en tres muñecas ataviadas con un gorro de lana. Una de ellas dice vía bocadillo: «Jingle Belles, ¡parezco hinchada!». A lo que otra contesta: «estamos sobre hielo». Si alguien le encuentra el sentido o la gracia, por favor, que me lo explique, que me siento tonta.

    Pues podéis imaginaros lo que me encontré en el interior: faltas de concordancia, de ortotipografía… Y lo que considero el error más grave de todos: muchos de los textos no tenían sentido alguno. Podéis pensar que ya estamos «contaminados» por la traducción y que alguien que no se fije tanto en estas cosas no se daría ni cuenta ya que solo va buscando los productos. Sin embargo, no creo que sea así. Mi madre lo miró por encima y me dijo: para esto, mejor que lo dejen en inglés.

    La traducción de publicidad y marketing siempre me ha interesado y los profesionales de esta materia tienen toda mi admiración, ya que, además de entender muy bien los juegos de palabras y el slang de la lengua de partida, tienen que tener mucho ingenio e imaginación para trasladarlo al español con el mismo efecto del original.

    «Benefit convierte los villancicos (carols) en un producto de belleza. (y las Marías, las Pilares y todas las demás)»

    Después de textos así me planteo: ¿de verdad pretenden que me gaste 32,60€ en un colorete si ellos no se gastan un duro en traducción? He podido conseguir un catálogo de 2008 y la traducción era bastante decente. Supongo que pasaría lo de siempre, la dueña diría: «¿Este dineral estamos pagando por una traducción? ¡Si mi hija estuvo un mes en Barcelona!».

    B.


  10. ¿Cuál es tu destino?

    November 18, 2011 by viobella

    Eso es lo que tratamos de resolver, sin olvidarnos de que disfrutar del camino puede que sea tan importante como encontrar nuestro lugar en el mundo.

    Somos Violeta y Bella y en el apartado «Sobre las traductoras» podréis encontrar información sobre la trayectoria de cada una. Nos conocimos hace cinco años de pura casualidad y un inicio similar en la facultad de Traducción e Interpretación de Granada nos ha llevado a un futuro solo parecido en la incertidumbre. Pensamos que un espacio libre donde publicar y filosofar a nuestras anchas puede ser enriquecedor y quizás el saborcillo amargo de los dilemas del traductor se vaya haciendo más dulce.

    En este rincón de la blogosfera hablaremos sobre nuestras inquietudes, proyectos y, básicamente, de lo que nos apetezca. Por supuesto, todo estará normalmente relacionado con la traducción porque, aunque tratemos de evitarlo, nuestro día a día está cargado de galimatías que resolver. Cabría preguntarse qué es lo que no está relacionado con la traducción, porque de pronto se me ocurre que casi todo.

    Estoy segura que ambas compartimos la misma filosofía de vida y eso nos ha mantenido unidas, ahora queremos compartirla con vosotros.

    Queremos que todos forméis parte de este nuevo proyecto por lo que vuestros comentarios, consultas y sugerencias serán más que bien recibidos.

    B./V.